lunes, 17 de septiembre de 2012

Masa no es lo mismo que audiencia. Cultura no es lo mismo que popular.




Debemos comenzar hablando de que cuando se menciona a algo masivo, se está refiriendo a lo popular. Es decir, relativo al pueblo. En una sociedad hay varios grupos, unos organizados y otros desorganizados, estos últimos son los que forman las masas. El término de fenómeno de masas es bastante ambiguo, puesto que conlleva una denotación calificativa y también una valorativa de carácter peyorativo. Existen algunos conceptos mal planteados en cuánto al concepto de masa (desde lo clasista). Esta connotación peyorativa dice que masa es la ausencia de orden. También  cuando hablan de ella se refieren a la muchedumbre, a la gente ignorante o inculta, mejor dicho, se ha convertido en una palabra utilizada para designar todo tipo de fenómenos sociales.



Cuando nos referimos a masa hablamos de un grupo de individuos heterogéneo, variable en sus características, en sus necesidades, en sus intereses, mientras que cuando hablamos de público o audiencia indicamos un grupo que comparten cualidades y tienden a la homogeneidad. El rasgo característico de las sociedades de masas es que viven sumidas en el consumismo pues es la industria cultural la que nos impone que comprar y que no, que ver, que leer, que escuchar...a eso se le denomina cultura de masa.

La audiencia es un público que está recibiendo el mensaje, está activo en el proceso. La masa y el público son individuos susceptibles de convertirse en audiencia. La audiencia es el público de los medios masivos de comunicación. Es el nombre colectivo que reciben los receptores, estrechamente relacionados con los públicos y los medios de comunicación. Cuando nos referimos a masa hablamos de un grupo de individuos heterogéneo, variable en sus características, en sus necesidades, en sus intereses, mientras que cuando hablamos de público o audiencia indicamos un grupo que comparten cualidades y tienden a la homogeneidad. Podemos estar refiriéndonos a un grupo elegido pero que tal vez no tiene disposición para recibir el mensaje; al hablar de audiencia podemos estar hablando de personas con mayor interés en la información.

Debemos tener claro cuál concepto utilizamos y en qué contexto, y así evitar caer en connotaciones peyorativas. Podemos avanzar que tal fenómeno resulta de la perversión de los procesos de maduración y personalización del hombre, como individuo realmente inserto en sociedad. Ya estamos en condiciones de ofrecer un concepto estricto de masificación. Por tal se entiende el proceso en el que el individuo se añade indiferenciadamente a una colectividad, debido a una debilidad de modo que renuncia en grado máximo a su capacidad. Un mecanismo que se retroalimenta la sociedad genera individuos cada vez más homogeneizados, más impersonales, mas dependientes Sólo siendo personas podemos ser completamente fieles a las sociedades que conformamos.

Está en nuestras manos, como comunicadores, saber de qué forma hacer llegar nuestros mensajes, de manera que no caigamos ni en términos peyorativos, ni convirtamos una información en una masificación de forma negativa.

Como dice Omar Rincón hemos pasado de ser homo sapiens a homo videns. Pasamos de ser una audiencia pasiva a ser una audiencia activa, es decir, re significamos lo que vemos y producimos nuevos significados. Ya no somos la audiencia que recibe la información que nos envían sino que somos una audiencia con capacidad de decisión de que se recibe. 

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